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ABRIL DE 2014

La Crisis de las "Torres de Papel"; Marketing y Dirección Estratégica en Colegio Privados


Por: Leonardo E. Cárdenas Barreto
Director Estratégico 
EDUMARKETING   

En cualquier escenario de la economía nacional, una organización con más de 1.500 clientes directos y 15.000 indirectos es, sin discusión, una gran empresa. No hace falta considerar sus más de 300 empleados actuales, su mega infraestructura ni sus movimientos económicos. Sus intangibles, desbordan. 

La lógica del común  haría  pensar que el caso en particular del cual se habla no es más que el de una organización que debe tener una adecuada estrategia de mercado y un líder carismático que desborde en sus relaciones públicas. Un sistema de planificación orientado firmemente hacia la competitividad y mejora del producto y unos equipos de trabajo altamente capacitados y ricos en formas. En sí, un  Marketing estratégico bien aplicado. Si no, ¿Cómo lograría tal éxito de mercado?   

Ahora bien, juguemos  un poco con la realidad de esta organización. Hagamos de cuenta que goza de tal privilegio y posición en el mercado sin más ni más que por una visión artesanal, que ha crecido fruto de un mercado poco competitivo y de gran número de consumidores que sin mayores resistencias han tomado sus servicios. Y un bajo índice de competidores de valor añadido que, además,  facilitó sus procesos de expansión. ¿Qué tipo de organización sería? ¿En qué mercado estaría? ¿Cabe en la cabeza algo así?

El paradigma de las “Torres de Papel”  

  
La realidad estratégica de la presente empresa hace pensar que su riqueza no obedece más sino a un fenómeno positivo accidental de su entorno. Pero, ¿qué pasaría si las reglas del juego cambiaran? Ahora, al caso hipotético sumémosle que en el tiempo comenzara a vivir una disminución drástica de consumidores, un aumento de organizaciones competidoras, un Estado que quiere monopolizar gran parte del “negocio” y unos clientes desconocidos para la organización, a causa de los profundos cambios culturales a los que no ha querido prestar atención. Todo le llevaría a una disminución inevitable y drástica de usuarios. 

El caso lo están viviendo miles de colegios privados en Latam. Sí, aunque parezca difícil de aceptar, son empresas que con una responsabilidad social superior tienen las mismas dinámicas que otras en diferentes sectores. Sin ingresos no es viable un proyecto de tales dimensiones.


Grandes organizaciones, pero al mismo tiempo grandes “Torres de papel”, que sin mayor orientación hacia la competitividad  y el marketing están en vía de extinción frente a unos cambios que ni conocen ni quieren entender; que no son capaces de teorizar en el tiempo y para los cuales, parecieran ya no estar preparadas.

El problema estratégico no es caer en cuenta si son o no “Torres de papel” y que ante cualquier cambio en su entorno o “viento huracanado” pueden caer fácilmente; la verdadera cuestión está en saber si tienen lo que se requiere para consolidar un verdadero proyecto competitivo, donde la estrategia más osada en marketing no se trate del rediseño de un plegable, sino una verdadera cultura que les permita ser los mejores a través de un fortalecimiento continuo de su servicio educativo y de unas acciones que les permita mostrarse al mundo de forma diferente.  

A manera documental, los principales rasgos característicos de estas organizaciones son: marcos estratégicos sin horizontes competitivos (Visión que no propone un reto estratégico futuro); poca o nula articulación entre su Visión con los planes de trabajo de su Capital Humano; falta de planificación a través de un Plan de Desarrollo traducido en tiempos y objetivos hacia la visión por alcanzar y carencias totales o parciales de políticas hacia la competitividad y planes de Marketing

Pensar diferente, actuar diferente; pensar en grande

Ahora no se trata de ser diferentes por ser diferentes. Se trata de plantearnos la posibilidad de, por qué no, revolucionar sana y estratégicamente un sector dormido y soso -como a veces parece el educativo- replanteando nuestras  formas, sin dejar de lado la mística propia que la educación tiene. 

Sin embargo, para ello, en este caso específico de la educación privada en básica y media,  se requiere un directivo capaz y que, aunque parezca obvio, sea líder. Sólo un verdadero liderazgo puede reorientar una “nave” en mal curso.  Una persona que tenga presente que un colegio no son sus instalaciones, ni sus certificaciones, ni mucho menos sus procesos. Un colegio son sus niños; sin éstos no hay PEI. 

El líder de la nueva organización educativa

Frente a estas grandes “Torres de papel” se requieren, ante todo, verdaderos estrategas; No simplemente buenos profesores de los que esperamos ingenuamente implementen lo que los hizo buenos en el aula en frente de una organización, desconociendo que son dinámicas y exigencias diferentes. O en otros casos aún menos esperanzadores, personas que nunca han tenido experiencia en el sector educativo o directivos que superan los 15 años como rectores y quieren guiar estas organizaciones pensando que seguimos en los 80 y 90 del siglo pasado –Los hay. Y no son pocos-.  


Si lo que queremos para no perder esa mística educativa de la que tanto hablamos, sí que  tendremos que capacitar en otros saberes a esta persona directiva y fortalecer su perfil. Como es normal y hay que hacerlo con cualquier otro profesional que se enfrente a un nuevo puesto de trabajo en cualquier sector. Sí, requerimos un conocedor profundo de las teorías y prácticas pedagógicas contemporáneas, pero también una persona que sepa de Gestión y emprendimiento; capaz de entender la realidad misma de la institución, así como sus coyunturas y ciclos de vida en el mercado. Carismático, relacionista público por excelencia y buen negociador. 

Debe saber diferenciar en qué aspectos la organización realmente necesita invertir de acuerdo a su realidad estratégica, y no dejarse llevar por las “modas comerciales” del sector educativo que ha hecho que inviertan tanto en cosas que dan tan poco frente a su única realidad tangible: menos estudiantes.

Así, sin más ni más, un directivo que se rodee bien a nivel de personas; que entienda que la organización educativa antes de enseñar debe aprender a educarse para transformarse y que en plena Sociedad del Conocimiento éste plantea cambio constante, innovación real.

Las grandes Marcas tienen una característica que las une: ofrecen una experiencia diferente al consumidor. Bajo esta premisa, el nuevo directivo sabrá que para ser líder en tiempos modernos en el sector educativo deberá ser valiente y audaz porque para hacer eficientes y realmente competitivas a las “Torres de papel” deberá cambiar toda una forma de  interactuar con el mundo y reinventar, por qué no,  este tipo de organización educativa.

DOMINGO 15 DE ABRIL DE 2012
Marketing Educativo: los Nativos digitales, el profesor comercial y la nueva Organización de enseñanza

Por: Leonardo Enrique Cárdenas Barreto*
 Hace poco escuché en un conferencista internacional una situación hipotética que me cayó muy en gracia, a propósito de la reflexión de este mes: “si un hombre medieval pudiera viajar en el tiempo hacia nuestros días, los únicos dos lugares en los que se sentiría en casa sería en una iglesia y en un colegio, organizaciones siempre estáticas en el tiempo (….) En el caso del colegio, la ciencia no varía: mesas, estudiantes y un docente”
Le hallo lógica, aunque yo agregaría a este ejercicio hipotético una fecha de caducidad en el caso de las instituciones educativas: el año 2.000. Después de ello este aventurero del pasado solo podría reconocerles por los nombres, ya que se encontraría con niños y jóvenes atrapados por una gran “Red” intangible y omnipresente a la que llaman mundo y un lenguaje incomprensible para él que explotaría sus sentidos, cargado de símbolos y visiones denominados multimedia y articulados por unas llamadas herramientas tecnológicas convergentes.
Y me temo que los únicos lugares de su viaje donde encontraría algo de tranquilidad frente a semejantes cambios, sería, desafortunadamente, en la mayoría de oficinas de profesores y directivas de este tipo de organizaciones, quienes aún añoran las viejas costumbres y para los que esos nuevos “habitantes estudiantiles” les resultan tan ajenos como para el viajero en el tiempo.
De este modo, la Marca Educativa moderna se enfrenta hoy por hoy, quizás, a los cambios más drásticos desde siempre. Expuestas a un nuevo mercado -de reglas disímiles-, una ola tecnológica que amenaza a todo el que no la entienda, un estudiante comunicacionalmente cada vez más lejano al docente y un sector educativo que grita, sin saberlo, por auxilio inmediato al no entender las nuevas reglas de su entorno e intorno.
Los nativos digitales y la Marca Educativa
Nuestros estudiantes tienen un ADN distinto a nosotros. Interactúan entre sí y con el mundo de modos y formas que apenas entendemos…y utilizamos, por qué no. Ellos nacieron con el “ON” de fábrica, mientras nosotros intentamos, en la medida de nuestras posibilidades, ponernos en estado “semi- ON”.
Aun así, nos preguntamos qué estamos haciendo mal en nuestro proceso pedagógico, inventando y reinventando día a día el buen oficio de la enseñanza con la única intención de lograr lo básico, enseñar verdaderamente y más allá de lo que arrojan los exámenes públicos obligatorios.
Pero el principal problema radica en este asunto. ¿Cómo gestionar, pedagógicamente hablando, a nuestros Nativos Digitales si mi capital humano docente apenas si usa una plataforma convencional de correo electrónico? ¿Cómo entenderme con mis estudiantes si no hablo su lenguaje? ¿Cómo enseñar sin comunicación asertiva? ¿Cómo, cómo y cómo (……)?
El E-learning es más que una plataforma educativa virtual, mas no lo entendemos. Es una cultura, un modo de comenzar a ver el mundo y a interactuar con él. No es porque no queramos, sino por defecto de fábrica; nuestro ADN, sencillamente no se basa en “Clics”. Habremos de hacer algo.
El docente y su nuevo rol en la organización
Siguiendo con el ejercicio hipotético, el papel del docente también ha variado y es el que mayores retos tiene. Antes, ensimismado en conocimiento, su canal natural de comunicación era el aula. De este modo, el aula era el canal, el libro la herramienta y su voz la motivación intelectual y de carácter unidireccional.
Ahora, el docente es un comunicador y multiplicador de convergencia educativa. Que motiva el aprendizaje basado en esta premisa. Capaz éste de educar y entenderse con sus Nativos digitales tanto en el aula como en las redes sociales y cuanta herramienta tecnológica, tanto física como intangiblemente. Capaz de hacer del mundo su aula natural.
Solo así, nuestros docentes serán los principales promotores de la Marca educativa. Un profesor que no solamente enseña, sino que enamora vendiendo naturalmente nuestro proyecto educativo utilizando los canales y modos de nuestros nuevos públicos. El mejor vendedor.
El Marketing Educativo y la nueva estrategia
Así, Nativos digitales y capital humano docente son las fuentes de una organización Educativa orientada al mercado. El entendimiento de esto nos permitirá adecuarnos, aprender y crecer.
Por eso, la nueva organización Educativa no teme a lo que no entiende, sino que se adapta y evoluciona. Cae en cuenta que los estudiantes actuales son distintos y que requiere, con suma prioridad, tener un capital humano dispuesto a atender estos retos. La Marca Educativa de hoy más que un departamento de Comunicación requiere una comunidad de personas que hablen el lenguaje de la modernidad, sin perder de vista sus objetivos claros de enseñanza y entendiendo que la tecnología y la convergencia llegaron para quedarse y desarrollarse a un ritmo acelerado.
De nosotros, y solo de nosotros, dependerá hacer de esto una oportunidad más que una debilidad que nos lleve al fracaso del proyecto educativo.
Experto y asesor en Mercadeo y Branding de Instituciones Educativas nacionales e Internacionales*

Los 10 Mandamientos del Marketing Educativo


 Por: Javier Muñoz Senra*


1.- Analiza el entorno de tu centro y la situación del mercado para detectar oportunidades.Si ahora los padres y madres trabajan los dos, seguro que podemos ampliar el horario de entrada y salida del centro, si la situación económica es delicada podremos ayudar a gestionar becas o a cerrar acuerdos bancarios, etc.

2.- Se creativo e innova pedagógicamente. Haz cosas nuevas, sorprende a tus clientes.¿No crees que lleves demasiado tiempo haciendo lo mismo? Cambia las excursiones, las actividades extraescolares, desarrolla las potencialidades de tus alumnos, forma a tus profesores en nuevas metodologías de enseñanza, incorpora las nuevas tecnologías en el centro, etc.

 3.- Controla a la competencia y sobre todo, no les subestimes.Define que centros son tu competencia y cuales podrían llegar a serlo. Intenta con cierta periodicidad seguir sus actividades, visitar su web, hacer pseudocompra (finge ser un posible nuevo cliente y llama por teléfono, pide información en su web o visita los centros que son tu competencia), seguro que ellos ya han tenido buenas ideas que tú puedes poner en marcha.

4.- Investiga a tus clientes, ellos te dirán lo que quieren.

Es necesario escuchar a los clientes y saber ¿Quién son?, ¿De dónde vienen?, ¿Por qué me han elegido a mí? ¿Qué esperan de mi centro?, etc. Tendremos que realizar estudios a padres, a alumnos actuales y antiguos alumnos, y por supuesto a profesores y PAS, para tener en todo momento conocimiento de sus expectativas.

 5.- Busca la diferenciación.Tenemos que tener una respuesta sólida, clara y real a la pregunta, si mi centro no existiera ¿Qué faltaría en mi zonal? y ¿En el sector educativo? Si hacemos y ofrecemos lo mismo que el resto, a los clientes les dará igual elegir un centro u otro.

 6.- Trabaja el apoyo, la implicación y la satisfacción del cliente interno.Nada de lo que pretendamos hacer funcionará sólo, necesitamos a todas las personas de la organización orientadas en la misma dirección. Piensa que el equipo humano es la clave del éxito. Los profesores y el PAS son "el primer cliente" de un centro. Si no les escuchamos ¿Cómo pretendemos implicarles?, si no se les satisface a ellos, ¿Cómo pretendemos satisfacer al resto de clientes?

Las políticas de recursos humanos deben ir de la mano de las estrategias de marketing.

 7.- Realiza tu plan de marketing y escríbelo.Es fundamental que los centros escolares se dirijan de manera estratégica y que vayan poniendo en marcha sus departamentos de marketing y que el responsable, junto con la dirección, realicen por escrito su plan de marketing anual.

8.- Gestiona correctamente las herramientas de comunicación interna y externa.Desde el punto de vista interno, es necesario establecer de manera continuada una buena comunicación con todos nuestros clientes. La mayoría de los centros que conozco hacen en su tarea diaria miles de cosas interesantes que sólo se enteran ellos. ¿Por qué no hacemos un boletín electrónico para padres que resuma las actividades realizadas? y ¿Por qué no lo hacemos para el profesorado y el PAS? y ¿Se lo mandamos a los periódicos de mi zona? ¿Lo ponemos en la web?....

Y desde el punto de vista externo ¿Dónde nos anunciamos?, ¿Qué dicen nuestros anuncios?, ¿Qué información tiene mi web? , ¿Cómo son mis folletos? …..

 9.- Desarrolla una marca sólida y posiciónala en la mente de los clientes.

Es el resultado de una correcta segmentación del mercado, de una clara diferenciación y de la combinación adecuada de los elementos de marketing educativo (servicio, precio, imagen del centro y comunicación). En pocas palabras, es necesario que exista un alto nivel de consistencia entre lo que el centro hace y lo que dice a través de todas sus decisiones estratégicas y operativas.
 10.- Trata a cada cliente como si fuera el único.
SOLO HAY UNA FORMA DE SATISFACER AL CLIENTE, DARLE MÁS DE LO QUE ESPERA. ¿Cómo lograrlo? conociendo muy bien a nuestros clientes y enfocándonos en sus necesidades y deseos.
Director Comercial de ESIC, Business & Marketing School de Valencia España*.

MARTES 06 DE MARZO DE 2012

Nativos Digitales



Estupendo video, nos acerca al reto que las organizaciones educativas tienen con la generación de los Nativos Digitales.


MIÉRCOLES 18 DE ENERO DE 2012
Acerca del Servicio al Cliente y “otros demonios” de las Instituciones Educativas



                        
Por: Leonardo Enrique Cárdenas Barreto*

 

Estudio del caso previo al tema



Con ésa eran ya tres las llamas que María Clara de Castillo[1] hacía en enero a un reconocido plantel de educación de la ciudad de Bogotá, Colombia. Y con ésa, también, tres veces que la dejaban esperando. 

En diciembre solicitó los certificados de notas de su hija mayor, que buscaba un cupo en Universidad Española para un curso corto vacacional. A la primera llamada contestó Secretaría General, quien le pidió esperará en la línea mientras pasaba la llamada a Registro Financiero, que expedía dichos papeles (…) después de algunos minutos en línea de espera, de Secretaría General retomaron la llamada e informaron que la persona no estaba disponible en el momento. Debía llamar en una hora, dándole un número de extensión directo.

Al segundo intento, ya con el número telefónico propio de registro financiero, no le contestaron. Al día siguiente trató de nuevo, mas el resultado fue el mismo. Recurrió de nuevo al PBX, donde contesta Secretaría General. María Clara comentó lo sucedido, pidiendo ayuda, ya que los papeles debían ser enviados lo antes posible.

De Secretaría le informaron que la persona encargada estaba incapacitada y que regresaba en dos días. María Clara no entendió el porqué no le informaron esto el día anterior. Sin entrar en polémicas llamó a los dos días. A la tercera llamada le contestaron de Registro Financiero. La persona encargada, al saber el nombre de quien le hablaba, con tono cortante le dijo que ya le informaron acerca de sus constantes llamadas. (….) Sin discutir entre las partes, intercambiaron la solicitud y se le informó a María Clara que a causa de procedimientos administrativos los papeles tardaban 8 días en ser entregados. Además, para que se tramitara la solicitud, debería cancelar en efectivo los documentos en Tesorería. María Clara le reclamó que si le hubieran dicho eso desde el comienzo habría podido cancelar antes y adelantar el proceso. Acabó la conversación.

María Clara realizó el procedimiento. Éste coincidió con el periodo de vacaciones decembrino de la institución, por lo que los papeles, sin poder hacer nada al respecto, estarían listos al retomar actividades en enero.

De familia tradicionalmente numerosa, María Clara tiene, además de su hija, otros dos hijos en la misma institución. Los tres con buen nivel académico. Es un acudiente que no tiene comunicación frecuente con las directivas de la institución, pero sí goza de relación directa con muchos padres de familia en los tres niveles en los que se encuentran sus hijos.

Tan pronto tuvo los papeles por parte de la organización educativa, y los envió a la Universidad Española, ésta tardó dos horas en formalizar el vínculo académico. Además, un emisario la contactó en Colombia al día siguiente para entregarle una carta de bienvenida, donde podía gozar, si quería, de beneficios económicos si más miembros de su familia tomaban de manera total o parcial servicios ofrecidos en el portafolio académico de la institución extranjera. El emisario, catalán, le hacía fácil todo este proceso al ayudarle él mismo desde su laptop a realizar el trámite virtual. Ante tal forma, ese mismo día decidió que sus otras dos hijas también tomaran cursos simultáneamente. 

A María Clara, además, le llamó la atención un curso de extensión universitaria ofrecido en dicho centro educativo. Y más cuando dicha Universidad tiene una gran imagen debido a su calidad académica. Quizás lo tome más adelante.

¿Cuáles cree que fueron las principales causas para que la institución educativa colombiana no haya resuelto de manera eficaz esta solicitud?

¿Una situación de estas características que puede generar si se hace repetitiva?

¿La institución falló en la atención prestada o en el servicio?

¿Qué alcances cree usted puede tener esta situación si pasara en su institución educativa?

¿Cómo mejorar?

¿La forma en que se llevan a cabo los procesos en la Universidad Española qué le sugiere?

¿Cuál es la diferencia entre la institución colombiana y la española?

¿Cree usted que el servicio al cliente va en detrimento de la excelencia académica?

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Del “sedentarismo organizacional” a la estrategia de éxito del Servicio al cliente

Entre más nos alejamos del siglo pasado nos distanciamos, sin remedio, de los días del “sedentarismo organizacional” en el que cayó el sector académico privado entre la década de los 80 y los 90. 

Un sector rico en estabilidad, en el cual –como ya lo hemos indicado en pasados artículos- su demanda generosa rebosaba con creces la oferta académica; particularidad que le permitió, casi de manera contraria al desarrollo del empresariado, mantener un divorcio unilateral con el mercadeo, al no ver la necesidad inherente de competir por su “cliente natural”.

Por esta razón no es raro que las instituciones educativas hayan desarrollado cierto desdén hacia las motivaciones y deseos de sus clientes. De manera vertical, en un escenario que lo permitía, el cliente académico directo (entiéndanse estudiantes y padres de familia) debían aceptar sin mayor prejuicio las posturas de la institución. Era eso o perder el cupo sin ningún miramiento.

Desde esos anales se malversó el tema de la calidad académica con la prepotencia y la antipatía propia de las instituciones educativas prestigiosas de la época.

Sin embargo, el despertar del nuevo siglo, expuso un contexto distinto, donde los usuarios del servicio académico privado parecen ya no ser tantos para el número de organizaciones educativas[2]

Por esto, a estas alturas, no es de extrañar en el medio académico, escuchar quejas de jardines, colegios, universidades y otros centros de educación que, pese a una buena propuesta académica, se estancan distancien en cuanto a sus objetivos financieros se refiere, lo que corta su inversión de calidad. Y cada vez son más.

Ya con la cabeza en este entorno dinámico, las instituciones educativas saben el problema, lo discuten entre sí y hay tufillo de “crisis particular”. Y ese mismo “sedentarismo organizacional” del que ya hablamos y que las alejó del Mercadeo es la causa que, en este entorno, no sepan qué hacer ni cómo actuar. ¿Cómo gestionar el marketing de algo que nunca lo ha requerido? ¿Cuáles son las reglas del juego estratégico?

Pues bien, mientras el sector en su totalidad comienza tímidamente a despertar (el segmento de educación superior es el más aventajado actualmente) y a fijar protocolos de competitividad, la tendencia natural de esta situación está provocando que el “cliente académico” tome otras dimensiones. Estamos pasando de jugar las reglas que imponía en el sector las instituciones educativas a las reglas que fijan los “clientes académicos”; en los sectores en los cuales la oferta debe competir altamente por sus clientes siempre son éstos los que comienzan a tomar el control. La oferta en su más puro y literal sentido, al servicio del cliente que desea.

Así, con los vicios derivados de ese periodo, nos adentramos en un nuevo siglo llenos de retos de cara al futuro. Y el secreto está en los clientes. La estrategia que asumamos frente a éstos nos dará la razón.

La Marca Educativa moderna es una organización que sin sacrificar su calidad académica y prestigio, pone a disposición de su Cliente académico lo mejor de sí misma para éste; permitiendo un intercambio de ideas, un crecimiento mutuo y haciendo de sus procesos y exigencias algo ameno, percibido como un reto pero no como frustración.

En plena transición evolutiva, la mayoría de instituciones educativas no lo han logrado aún, por lo que el Servicio al cliente se presenta como una estrategia que gesta una ventaja competitiva sostenible y difícil de alcanzar por sus competidores.

Atención y Servicio al cliente

Tímidamente la organización educativa está cayendo en cuenta de esto. De manera sistemática y, en muchos casos, lenta, comienzan a cambiar las pesadas y densas estructuras organizacionales derivadas de la etapa “sedentaria” de la cual hablamos.

Es un tema espinoso, pues pensar en función de los clientes traerá consigo seguramente profundas reformas en capacitación, capital humano, toma de decisiones, estrategias -sistemas de comunicación y la propia orientación estratégica de la Marca Educativa.

Las que han comenzado a dar pasos lo hacen de manera un tanto experimental, ya que el sector no tiene un antecedente global lo suficientemente “rodado”. Tanto es así, que si se hiciera un repaso, cada institución educativa confiere un peso, mayor o menor al tema, de acuerdo a lo que en su concepto debe ser su tratamiento.

En algunas se ha vulgarizado su gestión, cayendo en facilismos académicos y de procesos que redundan en su degeneramiento de marca; en otras el tema aún es visto con escepticismo y promueven el binomio calidad-antipatía académica y administrativa. Otro grupo intenta encontrar el punto preciso; un equilibrio entre Consentir al cliente académico y promover la marca educativa, que resulte beneficioso.

En cualquier caso, lo que sí es unánime en la mayoría de instituciones que por lo menos han comenzado a teorizar sobre el tema es tener la confusión entre Atención al cliente y servicio al cliente, dimensionándolas como lo mismo y estructurando un modelo de gestión sobre este error.

La atención al cliente hace referencia a las formas y protocolos como es abordado el cliente; el servicio al cliente, en cambio, hace referencia a la respuesta, ayuda y solución que le brindemos en sus requerimientos.

Esto significa que, llevado a un caso frecuente, asignar un Call Center de muy alta calidad humana y técnica para responder a la totalidad de llamadas que hagan a la institución educativa habla de óptimos niveles de Atención al cliente; sin embargo, un Call Center no garantiza un buen servicio, si no se tiene una organización planificada para dar solución.

De esta menera se puede tener una excelente atención al cliente; mas un mal servicio. O quizás ni atención ni servicio. También se puede dar el caso de una pésima atención, pero un buen servicio. El objetivo final habrá de ser aquel en el que tanto Atención y Servicio al cliente estén alineados coherentemente para dar respuesta a lo que se busca y generar satisfacción del cliente.

El capital humano, el Servicio al Cliente y la gestión de la felicidad

El servicio al cliente es ir un paso más allá. No solo se trata de unos sistemas ordenados, unos procesos acertadamente planificados, sino que se requiere un capital humano con vocación de sacrificio, que trabaje en equipo y que no perciba como una carga ayudar a la resolución de problemas. Y, por sobre todo, que se auto gestione. Sin más ni más, un punto diferencial en el servicio al cliente. Porque en ocasiones dar solución a un problema que aparentemente no goza de salida resulta ser solo cuestión de querer, pensar y ayudar.

Así, el factor clave es la vocación de servicio. Y ésta tiene un profundo vínculo con la felicidad laboral. ¿Se sirve mejor si se es feliz? Claro que sí. Un capital humano feliz es un capital humano que asume sin dolor las exigencias propias que confiere servir a las demás personas.

Hace poco una reconocida Universidad norteamericana publicó un estudio en el cual se resalta la importancia de gestionar la felicidad al interior de las organizaciones y los beneficios que esto trae consigo. Qué bueno revisar esto en el seno de nuestras instituciones educativas. 

Pd) Sobre este tema en particular, déjenos su comentario de acuerdo a su experiencia y perspectiva profesional y académica AQUÍ

Este espacio está hecho para compartir conocimientos y puntos de vista; que bueno contar con su participación en los temas.






[1] La experiencia del personaje está basada en un ejercicio de cliente oculto realizado a una determinada institución educativa, por solicitud de la misma. Servicio de consultoría en servicio y atención al cliente. 2011.

[2] A manera de ejemplo, solo en Bogotá en el segmento de la educación básica y media, según datos del Ministerio de Educación, el mercado privado pasó de tener una demanda del 45,98% en 2002 a un 34,50% en 2009, evidenciando una disminución importante y sistemática de los clientes potenciales que se reparten estas instituciones educativas. A causa de este fenómeno, en el mismo rango de tiempo se ha disparado una “mortalidad” en éstas últimas; en estas condiciones se es más difícil alcanzar la cuota requerida para mantener el proyecto educativo.

Experto y asesor en Mercadeo y Branding de Instituciones Educativas nacionales e Internacionales*


Jueves 01 de DICIEMBRE DE 2011


El síndrome de la Marca Educativa “Plana”, retrato de un sector



Por: Leonardo Enrique Cárdenas Barreto*


Plana y común. Sí. El síndrome de la Marca Educativa “plana” es lo que denomino a una característica ya frecuente en el diálogo que sostengo con diferentes instituciones educativas de distinto nivel y es la particularidad de no sobresalir como marca educativa por entre el mar de opciones pares que ofrece el mercado educativo colombiano.
 
Y éste es el causante de esos largos ciclos ralentizados en los que entran muchas instituciones, que parecen congeladas en cuanto a su proyección, crecimiento y posicionamiento. Es ahí cuando los niveles de percepción del público externo, su recordación, las sitúan en el mismo escalón que a las otras 15 ó 50 ó 100 organizaciones educativas que juegan al mismo juego estratégico.
Suele presentarse con mayor regularidad en organizaciones categorizadas en nivel socio cultural medio, medio-alto y alto de la educación básica y media.
Entonces, y al final de cada asesoría –volviendo al cuento- resulta la misma fría y peligrosa pregunta: ¿Qué me distingue a mí por sobre las demás instituciones educativas con las que comparto el mismo perfil de público? La respuesta ofrece dos alternativas (calcadas en todo caso):
La primera – inocente a mi gusto-, “¡nuestro estilo de enseñanza y pedagogía! ¡Alta calidad! El ICFES lo dice, somos superior o muy superior (algunas nivel Alto)”. La segunda respuesta es más osada, y se funda en una lista larga (no tanto) de características de su portafolio de servicios académico o en propios atributos de su organización que en su concepto particular los hace ser y, al tiempo, ser percibidos diferentes.
Pues bien, ni la una ni la otra en la realidad. La primera, porque desafortunadamente lo que en Colombia denominamos calidad académica (estándares del ICFES) ya no es un diferencial real percibido por sus públicos como una razón de ser para optar por su propuesta como opción en formación. El porqué se debe a que la calidad académica es un valor que, por el mismo desarrollo de nuestro sector, debe tener o por lo menos estar alcanzando. Ya es un lugar común (fíjese en lo que usted considera competencia y verá que todos están igual o casi en el mismo nivel).
La segunda respuesta se derrumba como argumento cuando se cae en cuenta que en este tipo de organizaciones se confunde la innovación propia con la innovación del sector. La primera se reduce a actividades o formas de hacer nuevas que antes no se hacía en la institución, pero que no es seguro que éstas no se encuentren en sus competidores. Mientras tanto, la segunda, sí habla de innovación real, que en últimas es lo hará que una marca educativa no sufra de este síndrome.
Pero, entonces, ¿qué hacer para que nuestra institución educativa no sea percibida como “Plana”? Simple, haga de su organización una verdadera estructura innovadora. Pero para eso necesita conocer su intorno, pero aun más su entorno cercano y, por qué no, a escala multinivel.
De este modo, haría bien en orientar su organización Educativa hacia el mercado. Una buena marca educativa debe “sentir el mercado”, vivirlo, crecer a su lado. Entender de tendencias, que practicar benchmarking no es pecado, que hay que conocer a fondo al “cliente académico” y que, por sobre todo, debe estar dispuesta a reinventarse a diario y romper paradigmas propios y ajenos, porque el mercado académico actual es tan complejo que no le alcanza con unas formas pedagógicas acertadas.
 
Aunque, antes de cualquier cosa, podría comenzar por preguntarse si su Institución Educativa sufre del Síndrome de la Marca Educativa “plana”. Haga un diagnóstico propio, puede que no.
Pd) Sobre este tema en particular, déjenos su comentario de acuerdo a su experiencia y perspectiva profesional y académica AQUÍ:

Este espacio está hecho para compartir conocimientos y puntos de vista; que bueno contar con su participación en los temas.
 
Experto y asesor en Mercadeo y Branding de Instituciones Educativas nacionales e Internacionales*

Jueves 24 de Noviembre de 2011


De la institución Educativa al concepto de la Marca Educativa: una perspectiva de desarrollo







Por: Leonardo Enrique Cárdenas Barreto*



A nivel estratégico y organizacional, cuán importante dar tratamiento de Marca Educativa a nuestras particulares Instituciones de enseñanza colombianas y, por qué no, Latinoamericanas. Hay que decirlo, atender el concepto de Marca a nivel de la Alta Dirección de Instituciones Educativas hace parte del desarrollo que deberemos tener en los próximos años, de acuerdo a las experiencias que Europa y el Norte de América nos muestran y exponen como razones de su nivel y prestigio.


El Porqué no tiene que ver en primera instancia con la salud económica de este tipo de organizaciones; aunque la sobre oferta académica y la disminución en los índices de natalidad nos ubiquen efecticamente en este escenario. Más bien, de lo que me propongo hablar en esta parte inicial, es de la relación entre Marca y Calidad. 

Para aclarar esta conexión, me viene a la mente una tesis ocasional que nos surgió en compañía de un gran maestro profesional que tuve hace un par de años, y que me ha servido particularmente para sintetizar más que sea un poco los volúmenes interminables de documentación que sobre la materia existe y que acomodado mentalmente a nuestro particular sector académico resulta algo así:

“La Marca es el conjunto de características y promesas que proponemos como organización a nuestros clientes o públicos de interés (…..) y la calidad no es más sino el nivel de adecuamiento y ajuste en la realidad entre eso que proponemos y lo que perciben que damos”.

Así pues, el concepto de Marca conduce al concepto de calidad total. Y vemos que esa realidad, que se vive en otros sectores económicos a viva voz desde hace décadas, tiene las mismas implicaciones, aristas y beneficios en nuestro sector académico. Hasta acá, a simple vista, un buen número de instituciones educativas de nuestro escenario por convicción propia y/o por regulaciones han ya iniciado su arduo e incipiente camino hacia el concepto de Marca Educativa. 


Sin embargo, y para que nuestras instituciones puedan conformar a cabalidad el término hace falta un elemento que, eso sí, muy pocas organizaciones de este sector han gestionado abiertamente: el Marketing aplicado a nuestro segmento o, simplemente, Mercadeo Educativo.
 
Y cuando hablamos de Mercadeo Educativo nos estamos refiriendo al trabajo que desarrollamos sobre la percepción de lo que ofrece nuestra organización educativa y sus niveles de innovación. Así, entramos en un escenario nuevo de liderazgo, donde no solo requerimos ser buenos como institución, sino promover verdaderos diferenciales dentro del sector que nos permitan sobresalir por entre el mar de lo que hoy en día es competencia directa e indirecta. Y, además, por si esto fuera poco, sembrar el nivel de intercambio propicio y acertadamente direccionado entre nuestra organización y nuestros diferentes públicos que nos permita ser apreciados, cotizados y deseados dentro de esta ya abundante oferta académica.
 
Así pues, y sin más ni más, la Marca Educativa está finalmente configurada con estos elementos. Y sí, su concepto global recoge tanto la calidad educativa como la sanidad financiera de la organización, que tanta falta hace hoy a un mercado al que ya no solamente le vale la calidad académica en sí misma.

Este espacio está hecho para compartir conocimientos y puntos de vista; que bueno contar con su participación en los temas.
Experto y asesor en Mercadeo y Branding de Instituciones Educativas nacionales e Internacionales*.




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